La utilización de los océanos como fuente de alimentación data de los orígenes
de la humanidad. Desde fines del siglo XIX los avances alcanzados en la
navegación, particularmente en la propulsión y autonomía de las embarcaciones,
provocaron que la industrialización ballenera llegara a altamar. De esta manera
la antigua cacería costera de diversos países se dirigía a los lugares más
remotos del planeta en busca de los grandes cetáceos. Hoy, la cacería sostiene
el casi inexistente comercio de carne de ballena, y otros productos como el
aceite, siempre a una escala menor.
Después de 40 años desde que este “grupo” ballenero iniciara la CBI, y por presión de diversos grupos ambientales entre ellos Greenpeace, la Comisión Ballenera Internacional adoptó una moratoria a la cacería comercial de cetáceos en los océanos mundiales. Esto fue un gran logro, pero no una prohibición a la cacería, sino que estableció una especie de “acuerdo comercial” entre los balleneros para no cazar. Decisión que podría verse revocada si se consigue el 75% de los votos para dicha acción.
De este acuerdo se desprenden dos cosas muy importantes, además de la importancia intrínseca de la moratoria: Por un lado Japón, al ver que no pudo detener la moratoria, usó un resquicio legal para “reservarse” el derecho a cazar ballenas Minke. Por el otro, Noruega e Islandia se “reservaron” el derecho de aceptar la moratoria.
ISLANDIA, NORUEGA y JAPÓN...
Estas acciones basadas en resquicios, le permiten a Islandia y Noruega seguir
cazando en sus propias aguas (ningún acuerdo internacional tiene el poder de
regular lo que pasa en aguas soberanas de cada país). Por su parte Japón
justificó y dio inicio a su plan de “Cacería Científica”.
Esto además en aguas internacionales y dentro del santuario Ballenero Austral,
gracias al uso del articulo nº 8, que permite a los miembros de la CBI auto
imponerse una cuota de cacería con objetivos científicos.
GREENPEACE Y LA DEFENSA DE LAS BALLENAS
Greenpeace comenzó la defensa de las ballenas en 1975, filmando a la flota
rusa mientras realizaba su cacería. En 1990, Brasil y Chile cambiaron de ser
países pro-cacería, a estar a favor de la conservación. En este año todos los
países cesaron sus actividades de caza, excepto Japón y Noruega.
Tomado de: Greenpeace Chile
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